En toda relación es normal que existan las discusiones de pareja. Estas suelen ser tormentas pasajeras que duran muy poco y no dejan consecuencias. Sin embargo, otras parejas viven en una contienda rutinaria la cual termina desgastando la relación.
Una de las principales causas de divorcio en los matrimonios son las constantes discusiones, las cuales parecieran ser inevitables. Transforman estas contiendas en catástrofes devastadoras. Lo que pocos logran observar es que se trata de un proceso que si puedes detectarlo a tiempo, terminará causando estragos en la convivencia, ocasionando una ruptura inminente.
Entonces, ¿cómo resolver las discusiones de pareja?
Para muchos, lo mejor es evitar el conflicto, pero esta no es la solución. Al final hace tanto daño como contender a diario. ¿La razón? Evitar la discusión impide que se le dé fin a una situación, por lo que tarde o temprano volverá a manifestarse.
Hoy en día es normal escuchar a las parejas decir que rompen su relación porque no soportan a la otra persona. Muchos hacen énfasis en que era una discusión constante las cuales solían ser ofensivas.
Sin embargo, las discusiones son normales en una relación, hasta cierto punto. A través de ellas logras compartir aquello que no te gusta de tu pareja y es el inicio para encontrar una solución a ello.
¿Cuándo se vuelve dañina una discusión?
Todo comienza cuando tú o tu pareja ultrajan la base de su relación: el respeto: Una vez que cruzan esa límite, ambos habrán tomado una herramienta vital para la construcción de la relación y la convertirán en un arma de destrucción. Si no logras solucionar esto, vivirás en un círculo vicioso lleno de discusiones.
Ya no quiero discutir con mi pareja, ¿cómo resolver las discusiones de forma efectiva?
Puedes leer la extensa galería de libros y ensayos que existen acerca de este tema, pero eso implicaría invertir demasiado tiempo. Además, muchos de ellos hablan de pasos/reglas/normas que son deducibles a simple vista (calmarse, escuchar…). Sin embargo, hay otras que se encuentran implícitas, siendo más difíciles de descubrir. Por ello hemos resumido para ti las que consideramos más importantes al para resolver discusiones de pareja de forma eficaz.
Ten en cuenta que las parejas más felices no son aquellas que jamás discuten, sino aquellas que aprendieron a conversar sus diferencias de la forma más apropiada.
Es correcto enfadarse
Es imposible que tu pareja o tú no se enfade con el otro. Sin embargo, el secreto está en como demostrar el enojo. Hay que aprender a controlar la furia ya que al enojarte lo primero que haces es atacar a esas características de tu pareja que no te agradan y terminas hiriéndole.
El enfado es normal, indica que justo en ese momento algo no marcha bien. Pero si decides darle libertad a tu enojo y no controlar lo que dices, crearás un fuego muy grande. Este fuego no es precisamente un fuego pasional. La clave para no dejarse llevar por el enfado es respirar profundo. Así, lograrás mantener el control y ser objetivo en lo que debas decir.
Hay que revisarse a sí mismo
Esto suele ser difícil, sobretodo si estás en un momento de cólera. Pero evaluar tus sentimientos evitará que tu pareja sea quien pague por las acciones de terceras personas hacia ti.
Revisar tus emociones en esos momentos de crisis, te permitirán dar con el verdadero foco de infección que te lleva a discutir con tu pareja. La mayoría de las veces no es quien tiene la culpa, pero tiendes a desahogarte discutiendo de forma insana.
Usa siempre la proporción 5-1
La regla de oro para toda relación de pareja es saber cómo decir las cosas. Puede que al momento de hacerle ver alguna falla no lo digas de la forma más adecuada dado que te has dejado llevar por el enojo. Es necesario saber criticar pero sin llegar al punto donde haces sentir a tu pareja una persona inútil.
El secreto para lograr el equilibrio al momento de realizar una crítica en medio de una discusión de pareja es mantener la proporción 5 a 1. En otras palabras, por cada comentario negativo es importante hacer cinco comentarios positivos que estimulen o animen a tu pareja.
Sé prudente al discutir
No se trata solamente de cómo debes decir las cosas al discutir, sino también saber cuál es el momento adecuado para hacerlo. Debes saber que la mayoría de las peleas de parejas suelen presentarse en situaciones críticas: una cena donde el vino ya está haciendo más que ayudar a la digestión, una reunión entre amigos donde quieras “imponer” tu rol de dominante, o en una situación de mucho estrés.
Si analizas estas situaciones, descubrirás que la presión de los factores externos suelen conducirte velozmente al uso de palabras hirientes, por lo que siempre terminarás diciendo algo de lo que luego te arrepentirás. Respira, no le des lugar al enojo y trata de ver la situación con la mente en frío antes de iniciar una discusión.
Encuentra una solución
Si la discusión conlleva a una acción por obligación o por despecho, es muy probable que en poco tiempo vuelva a surgir el mismo tema de discusión. Lo ideal es sentarse a conversar con la mente clara para que ambos puedan encontrar un punto intermedio de satisfacción. Probablemente deban ceder un poco, pero será necesario para que ese tema pase al olvido.
No será fácil, pero puedes lograrlo
Todo inicio es difícil, resulta complicado controlar y cambiar nuestras acciones en situaciones donde por lo general actuamos por impulso. Estar consciente de ello te permite detectar y prevenir. De igual forma, si luego de la discusión notas que has ido muy lejos, respira y pide perdón a tu pareja. Recuerda que ambos están para crecer juntos y son el complemento del otro. Vale la pena intentarlo.