¿Alguna vez te ha pasado? Conoces a una chica despampanante, la abordas, todo va sobre ruedas, parece que es el amor de tu vida y te esfuerzas por demostrarle que eres la clase de hombre que toda chica quisiera: detallista, romántico, amoroso… Todo es increíble y ella parece corresponderte, porque te trata como su osito de peluche. Entonces de repente llega el momento de dar el paso final, de llevar las cosas por fin a un plano romántico/sexual, pero entonces te dice aquella temida frase que causa pesadillas a millones de hombres en todo el mundo: “sólo te veo como un amigo”.
Si ese es tu caso, no debes de estar triste, porque lo peor ya pasó. Y podemos asegurarte que no hay forma de que tu relación con la chica se entorpezca todavía más. Así que en estas situaciones cualquier clase de miedo al rechazo debe de ser borrado de tu mente.
¿Por qué ocurre?
Cuando un hombre reflexiona al respecto, es difícil llegar a una conclusión lógica. Sin embargo, en un esfuerzo por conseguirla, lo usual es concluir que a las mujeres les gusta que las traten mal. Esto, técnicamente no es cierto, aunque a veces pareciera que sí.
Lo que realmente sucede es que las mujeres se sienten atraídas hacia los hombres que poseen una autoestima y seguridad en sí mismos arrebatadora. Esto se traduce en ciertos comportamientos algo “egoístas” e incluso egocéntricos, lo cual muchas veces es percibido como maltrato por terceras personas y de allí nace la idea errónea de que las mujeres disfrutan que las traten mal.
No tienes que ser malo, tienes que ser un hombre
Ahora bien, ahora que sabes eso, quizá te estés preguntando si es necesario que seas un “chico malo” para convertirte en un seductor inmune a la zona de amistad. La respuesta es que, si bien puede ser una buena opción, no es el ideal.
No es necesario que cambies tu esencia o tu personalidad para hacerte inmune a la zona del amigo o friendzone como también se le conoce. Lo único que hace falta es mejorar tu actitud a la hora de tratar a las mujeres. De forma que estas te perciban como un hombre en todo el sentido de la palabra y no como, efectivamente, su inofensivo osito de peluche que no sería capaz ni de devorarlas con la mirada (en el buen sentido).
Para lograr este cometido, puedes seguir una serie de claves que, si las aplicas correctamente en tu actitud, podrás estar seguro de que la friendzone será un problema del pasado.
Sé morboso
Con este concepto tienes que tener mucho cuidado y precisión a la hora de asimilarlo. Con morboso no queremos decir que te debes de convertir en la clase de hombre que grita obscenidades a mujeres desconocidas en la calle. Nada más lejos de la realidad. Simplemente nos referimos a que, cuando estés ligando con la chica en cuestión, evites comportarte como un hombre que no sería capaz de devorarla en la cama si ella se lo permite.
Tendrás que ser un poco salido sí, pero siempre con moderación. Especialmente mientras no se tienen demasiada confianza. Aunque paulatinamente, y en la medida en que ella vaya aceptando tu actitud sexual, deberás de ir aumentando ligeramente la intensidad. Al principio bien puede bastar con algunas miradas lascivas y comentarios de doble sentido, pero eventualmente tendrás que hacer más intensas esas miradas y ser más directo y explícito con tus comentarios.
Con esto no sólo lograrás despertar atracción en la chica, ya que te percibirá como un hombre seguro de sí mismo que no tiene miedo de expresar su naturaleza, sino que en cierta forma lograrás excitarla, lo que bastará para poner una muralla china entre la zona de amistad y tú.
Muestra tus cartas desde el principio
Un error muy común que cometen los hombres que caen en la friendzone es que nunca son claros con sus intenciones con la chica. Se trata quizá de un error mucho más grave que el anterior, porque si bien es posible salvarse de la zona del amigo sin ser morboso (con suerte), no hay forma de escapar de ella si jamás se manifiestan claramente las intenciones con la chica.
Para esto no tienes que ser demasiado explícito o directo, al principio puede bastar con simples insinuaciones, pero tarde o temprano la chica tiene que tener claro que no estás hablando con ella porque simplemente te agradó, sino que aspiras a tener algún tipo de relación con ella más allá de la amistad.
En este sentido, es una buena opción optar por abordar a la chica con un comentario que denote interés, ya sea romántico o sexual. Así podrás estar seguro de que jamás podrá encasillarte en la friendzone, ya que un hombre que “muestra sus cartas”, no cuenta como material para ser el osito de peluche amistoso. Lo cual nos lleva a hablar de la siguiente clave.
Jamás intentes ganar su aprobación
El último concepto clave que hay que mencionar es el complemento ideal de los dos anteriores. Y es que, uno de los peores errores que cometen los hombres que caen en la zona del amigo es que acaban colocando a la chica en un pedestal, convirtiéndose en consecuencia en su perrito faldero, sirviente, chico de los recados, pagafantas, sujetabolsos o como lo quieras llamar.
¿Te pide que le invites una bebida? Puedes hacerlo sí, pero sólo cuando ella haya hecho algo para merecerlo. Y debes asegurarte de que ese algo no sea subjetivo, sino que sea un mérito objetivo, como haberte invitado una bebida antes por ejemplo. Si le acabas regalando la bebida sólo porque te sonrió sólo contribuirás a verte como un desesperado, lo cual te encaminará directamente a la zona del amigo.
Si bien lo de la bebida se trata de un mero ejemplo, es importante que lo apliques siempre que la chica necesite algún tipo de favor o ayuda de tu parte. Como regla general podemos aconsejarte que te grabes en la mente este precepto: “no hagas por ella lo que no harías por un hombre cualquiera”.
Así de sencillo como suena. Si la chica nota que no la colocas sobre un pedestal, no querrá tenerte en la zona del amigo. Y es que hay que tomar en cuenta que uno de los requisitos indispensables para que un hombre sea considerado sólo como un amigo es que le sea de utilidad a la chica de alguna forma.
No tengas miedo de su reacción
Si no estás acostumbrado a tratar a las chicas que te atraen de la forma “egoísta”, descrita en las claves ya mencionadas, es probable que te cueste al principio, pero una vez lo interiorices todo saldrá completamente natural en ti.
Ahora bien, quizá en determinado momento te estrelles con la duda sobre si corres el riesgo de estropear tu relación amistosa con la chica y acabar alejándola de ti en consecuencia. La realidad es que sí, esto realmente puede pasar. Pero piénsalo, ¿de verdad vale la pena estar cerca de alguien que no comparte tus sentimientos? Lo cierto es que no. Así que a partir de ahora, si no quieres volver definitivamente a la zona del amigo, mentalízate que sólo valdrá la pena que las cosas avancen cuando te aporten algún beneficio.