Todo hombre que se precie de mantener una presencia impecable, está consciente de que parte esencial de la “presencia impecable” es un aroma impecable. Si bien en líneas generales puede decirse que asearse frecuentemente y valerse de los productos de limpieza adecuados garantiza una higiene perfecta, en la práctica esto no siempre es suficiente.
Ya sea porque no te dio tiempo de darte una ducha por alguna urgencia laboral o tienes tu horario muy ajustado luego del gimnasio, el perfume es uno de los mejores aliados para un hombre que quiere lucir presentable en todo momento. De hecho, a veces ni siquiera es necesario que hayas descuidado temporalmente tu higiene para necesitarlo, valerte de un buen perfume antes de una cita puede ser la cereza del pastel que se encargue de darle el toque final a tu imagen seductora.
El problema
El problema viene cuando, contra todo pronóstico, ese perfume que viste en la tienda no resultó tan bueno cómo esperabas. Puede que su olor te haya convencido, pero quizá resultó tan exageradamente penetrante que te percibieron como un ridículo; o también puede darse el caso contrario y la presencia del perfume acabó esfumándose a los cinco minutos de haberlo usado.
¿Por qué ese perfume no me sentó bien?
El concepto general que tienen todas las personas es que el valor de un perfume radica en su olor. Si bien esto es muy importante, podría decirse que se trata tan sólo de la punta del iceberg, puesto que el valor del perfume no tiene por qué ser igual para todas las personas. Esto se debe a que cada persona tiene un olor corporal diferente, lo cual afecta notablemente al efecto que puede tener un determinado perfume.
La diferencia de olores corporales es un factor que debería de ser determinante a la hora de adquirir un perfume, pese a que, desgraciadamente, tiende a ser muy ignorado. Sin mencionar que no es el único, ya que nuestras actividades cotidianas o la frecuencia con que lo utilicemos también influirá en la clase de perfume que puede resultar ideal para nosotros.
Escoger un perfume de acuerdo a tu olor corporal
Todos tienen un aroma que los hace únicos por naturaleza. Algunos son agradables, otros no tanto, lo cierto es que se trata de algo que va de la mano con la genética y la higiene. Aunque claro, si eres de los desafortunados que no viene de nacimiento con un olor atractivo, no es el fin del mundo, ya que la higiene y las colonias pueden hacer milagros increíbles por ti. Por el contrario, si eres de los afortunados que tienden a oler bien siempre, ¿por qué negarte a la posibilidad de oler todavía mejor con una buena colonia?
Una razón científica
Para comprender el tema de la diferencia de olores corporales hay tomar en cuenta que la piel contiene PH. El cual una característica que contribuye a la correcta hidratación y protección contra infecciones. No todos los pH son iguales, puesto que algunos son neutros, otros son ácidos y otros alcalinos. De acuerdo a esta variación, variará también el efecto de un determinado perfume sobre la piel.
Por ejemplo, si tienes piel seca, los perfumes no tendrán un efecto duradero, por lo que se recomienda que utilices perfumes más potentes. En caso de que cuentes con una piel grasa, propia del pH ácido, las partículas grasientas se mezclarán con el aroma de la colonia, haciendo que su olor se distorsione, en algunos casos puede que no te afecte negativamente, pero en otros sí, por lo que tendrás que probar con distintos aromas para juzgar cuál se adapta mejor a tu cuerpo.
Aunque en líneas generales se recomienda usar aromas más suaves en estos casos, de manera que la posterior mezcla de olores no acabe aturdiendo (para mal) a todo a tu alrededor.
Una combinación ganadora
Una vez que ya has identificado el pH de tu piel y juzgado a partir de él la forma en que te afectan los perfumes, es probable que hayas logrado determinar correctamente si lo ideal en tu caso son las colonias suaves, neutras o penetrantes. Sin embargo, para potenciar el poder de tu perfume ideal no basta con valerse de esta característica, necesitas potenciarlo con otros productos.
En este sentido, tendrás que dedicar un importante esfuerzo a acompañar de gel de ducha, desodorantes o champús entre otros productos complementarios al perfume que hayas escogido. Puesto que, aunque lo creas o no, estos influyen mucho en la percepción que producirá tu aroma en conjunto.
El límite de eficacia lo pones tú
Si bien es cierto que en este caso tendrás que ser especialmente meticuloso y valerte de un espíritu amante de la experimentación, te garantizamos que el resultado final colocará el toque definitivo a ese look impecable de tus sueños. Sin embargo, es recomendable que en principio intentes probar con aquellos perfumes que ya vienen con productos complementarios sugeridos, puesto que por lo general están diseñados para producir combinaciones ganadoras.
Posteriormente, a medida que vayas agilizando tu sentido del olfato podrás probar con nuevas combinaciones, de manera que puedas adaptar un aroma para cuando tengas que ir al trabajo, a la universidad, a una cita o incluso a una sencilla reunión familiar. Después de todo, el límite final depende de ti.