La primera cita es probablemente la más importante de todas. Si acaba saliendo exitosamente bien podría acabar marcando un antes y después. Podría ser una antesala a una larga y sana relación o tal vez a una noche de sexo desenfrenado. Aunque claro, también podría implicar un día desastroso que querrías olvidar.
Por fortuna, este último escenario no tiene por qué ser el más común. De hecho, si te vales de ciertos principios básicos a la hora de hablar con la chica, puedes poner todas las probabilidades a tu favor, de manera que la cita se convierta en una experiencia sumamente positiva tanto para ti como para tu interés amoroso.
Después de todo, los seres humanos somos animales sociales. Y tanto si tu primera cita es en un restaurante romántico como un simple paseo al parque, la base primordial del éxito de ésta dependerá de cómo te desenvuelvas a lo largo de todas las charlas que entablen. A raíz de ello la chica sacará una conclusión u otra de la clase de persona que eres, por lo que vas a necesitar optimizar tus dotes carisma si quieres ser un perfecto seductor.
El truco
Ahora bien, ¿cómo puedo garantizar el éxito en la primera cita? Si bien no existe una fórmula básica, si sigues los consejos a continuación listados te garantizamos que tu margen de éxito en citas se disparará por las nubes.
Habla adecuadamente
No importa si conoces a la chica desde hace tiempo o está cerca de ser una desconocida. Existen una serie de reglas universales que siempre se deben de respetar en este sentido. Para empezar, aunque suene cliché, más que un buen conservador tienes que caracterizarte por ser un buen oyente.
Sin ánimos de caer en estereotipos, las mujeres son seres mucho más sociables que los hombres y en consecuencia tienen una necesidad mayor de hablar y comunicar sus emociones. Es debido a ello que una parte indispensable de una cita es que prestes atención a lo que te dice, así como también interesarte por lo que te cuenta (sin caer en idolatrías absurdas claro está).
Ahora bien, todos los excesos son malos y el de escuchar demasiado no es una excepción. Las conversaciones humanas son multidireccionales, así que debes asegurarte de participar también en la conversación de una forma natural. Ya que si no dejas que ella realice un extenso monólogo va a parecer inevitablemente que te da igual todo lo que te está diciendo. Así mismo, la chica tendrá un importante interés en saber más sobre ti, por lo que es importante que satisfagas esta curiosidad.
En este sentido, no está de más recordar que debes evitar por completo mostrarte como un presumido a la hora de hablar de ti mismo, ya que las mujeres interpretan esto como una señal de inseguridad. Si vas a hablar del flamante Ferrari que tienes en tu garaje tiene que ser porque el tema salió a colación naturalmente o porque fue ella la que te preguntó sobre tu coche, no porque de la nada quisiste que ella supiera de él para intentar impresionarla.
Deja que la conversación fluya
Es algo muy común que se realicen muchas preguntas en la primera cita, se podría decir que incluso es algo hasta cierto punto inevitable. La razón de esto es que por lo general es el momento donde más le dan importancia ambas personas a conocerse. El problema viene cuando te excedes con las preguntas porque no logras romper correctamente el hielo. En estos casos la chica podría acabar sintiendo que está en un interrogatorio, provocando que se sienta incomoda y estropeando tu cita en consecuencia.
Una buena estrategia para evitar esto es que hagas preguntas que no parezcan preguntas. El truco de esto es realizar afirmaciones o suposiciones. Por ejemplo, en ves de preguntarle el típico ¿a qué te dedicas? Podrías simplemente decirle “Tienes cara de que eres una excelente enfermera”. No tiene por qué tener mucho sentido la suposición, simplemente es una estrategia para que la conversación no se quede estancada en un interrogatorio sin fin.
Así mismo, es recomendable que hagas preguntas abiertas y no cerradas. De manera que la fuerces a darte una respuesta mucho más larga que un simple sí o un no. Por otra parte, en caso de que sea ella la que te haga preguntas, intenta ser lo más sincero y abierto posible, si eres tú el que se limita a responder con monosílabos corres el riesgo de ser el culpable de los silencios incómodos.
Prepara un “guion”
Al momento de la cita es mejor centrar tu atención en la chica que en ti mismo y tus pensamientos. Sin embargo, el problema de esto es que existe la posibilidad de que en un determinado momento no sepas qué decir y al no tener tiempo para pensar en algo podría estancarse en un silencio incómodo la conversación.
Para evitar esto es buena idea tener preparado un “guion” o preguntas genéricas que podrías utilizar con casi cualquier cita. Esto puede ser desde algo tan simple como estar preparado para preguntarle por sus pasatiempos hasta un comentario elaborado y gracioso sobre ti mismo.
Lo ideal es que estás frases preparadas estén diseñadas para encauzar la conversación hasta un tema que forme parte de ambos, pudiendo en el mejor de los casos entrelazar algún interés en común. Si lo logras, puedes estar seguro de que la conversación comenzará a fluir sola.
Sé positivo
Por último, hay que mencionar que es de vital importancia ser optimista de principio a fin. Si te pasas toda la cita hablando de las desgracias de tu vida o colocando sobre la mesa temas negativos, lo más probable es que acabes espantando a la chica.
Tienes que tomar en cuenta que todas las personas tienen problemas y cuando salen con alguien lo que menos desean es pensar en esos problemas. Por el contrario, parte del éxito de toda cita está en la capacidad que tenga para que ambas partes logren divertirse y a su vez despejar la mente de cualquier problema.
No está de más recordar el principio básico de la risa en este sentido. Si la haces reír lo suficiente puedes estar seguro de que la pasará estupendamente y al final de la cita acabará contando los días para que vuelvan a salir. Pero como podrás intuir, sólo partiendo de una perspectiva positiva y humorística serás capaz de provocarle carcajadas.