Cara y cruz de la primera vez

Toda primera vez para una experiencia siempre tiene dos vertientes, la más traumática que puede ser que nos haya provocado miedos e inseguridades o que por lo contrario haya sido una experiencia satisfactoria que nos haga tomar seguridad y desenvoltura.

Las profesiones como con todo, no están exentas de esa primera vez, y es que es bien diferente haber realizado una carrera universitaria, masters o estudios superiores y haber aprendido todo lo que en cuanto a materia necesitamos saber, y luego plasmarlo en nuestro puesto de trabajo, evidentemente, hasta que no pase un tiempo y desarrollemos una experiencia profesional no nos sentiremos del todo seguros, puesto que es solo con los años que podemos llegar a tener seguridad mejorando y desarrollándonos profesionalmente

Entre todas las profesiones, existen algunas que tienen sus particularidades, como bien es la de escort. 

La cara y la cruz de esa primavera vez

Son muchas las escorts que realizan su trabajo con pasión por lo que hacen, pero no siempre ha tenido porqué ser así. 

Si nos ponemos a investigar un poco, son muchas las chicas que en esa primera o primeras veces no sean sentido del todo cómodas y en ocasiones no han tenido nada que ver el trato recibido por sus clientes, sino más bien esa inseguridad y ganas de llorar o pánico han venido provocadas precisamente por ese miedo a lo desconocido, a hacer algo que nunca han hecho y a esa subida de adrenalina por saber cómo irá y si realmente es una profesión hecha para ellas, o si por lo contrario se estarán equivocando. 

Pero también existe esa cara más amable e incluso divertida, de superar esa primera vez con alguien que a bien trate bien a las chicas o simplemente quiera estar con ellas para pasar un rato divertido, pues son muchas las que han empezado como escorts al ir un paso más allá en su profesión, como por ejemplo la de bailarina, de una manera prácticamente natural y sin buscarlo. 

Siempre hay una primera vez para todo, y la profesión de escort es una más por la que hay que superar ese momento de romper la barrera al miedo a lo desconocido con el fin de a posteriori poder valorar de una manera más fría y meditada si realmente está hecha o no para nosotras y ver los pros y los contras que como en todo, nos podremos encontrar.